lunes, 10 de diciembre de 2007

IN MEMORIAM

En el 50 aniversario de la guerra de IFNI
La contribución de los Colegios de Huérfanos de Militares a esta guerra “tapada”.

Por
José Enrique Villarino Valdivielso
“Pínfano” o lo que es lo mismo,
antiguo alumno
de los Colegios de Huérfanos de Militares


Me entero por el autor de este blog D. José María Gómez Vilabella, autor del libro “IFNADA” -que puede bajarse en el blog- y bancario y somatén que fue en SIDI IFNI, que el pasado mes de Noviembre tuvieron lugar en la ciudad de Las Palmas los actos conmemorativos del cincuentenario de la nunca oficialmente reconocida guerra de IFNI, en la 51 provincia española perteneciente a los llamados territorios del África Occidental, bajo protectorado español hasta 1969.
Acerca de este hecho glosan estas líneas en homenaje a cuantos, huérfanos de militares, militares profesionales o de reemplazo y civiles, mujeres y hombres, vivieron o contribuyeron con la entrega de su vida y su trabajo allí, a mantener el honor del pueblo y del ejército español que dejaron en esas tierras, no sólo lo mejor de sus hombres, sino una labor humanitaria, brillante y justa, y al menos equivalente, a las actuales labores sociales de cualesquiera ONG´s.

En Octubre de 1961, cuatro años después del inicio de las “hostilidades” de las “bandas” de tribus no controladas (¿) por el nuevo régimen alauita contra las posiciones españolas, cruzaba yo con15 años la puerta del Colegio de Santiago de Huérfanos de Militares de Carabanchel Bajo, hoy residencia de alumnos, en Madrid. Ajeno a la contienda, salvo por algún periódico leído aún en vida de mi padre, me impactó la lápida del vestíbulo de mi colegio que más abajo se reproduce.

Recién llegado de Lugo siendo la vez primera que sobresalía de las galaicas y morriñosas tierras, sin tiempo a adaptarme a la para mi desconocida meseta castellana y desamparado cual pajarillo fuera del nido familiar, ya muy tocado por la anterior muerte de mi madre, aquello fue muy fuerte. Entendí que, ¡ojo!, allí de bromas ni media y que cruzaba el umbral de un espacio de respeto, honor y sacrificio.

Nada, ni nadie mejor para describir aquellos tiempos y el espíritu de nuestros colegios que lo que de forma rigurosa e histórica recoge nuestra web, la de los pínfanos –ya que así nos autodenominamos los huérfanos de militares-, extraída de la magistral obra historiográfica denominada "Historia de las Instituciones y Colegios de Huérfanos del Ejército de Tierra", de los autores D. José Luis Isabel Sánchez y Dña. Amparo Donderis Guastavino, esta última, además de historiadora e ilustre archivera, pínfana.

"Los Colegios de Carabanchel fueron vivero de ilustres militares cuya trayectoria enalteció el historial del primer centro castrense que, con su impronta forjó su vocación y espíritu militar. Así, en los Colegios de Carabanchel se formaron tres de los grandes héroes de lfni. Los tenientes de Infantería Antonio Ortiz de Zárate, Antonio Polanco Mejorada y Arturo Martín Gamborino, quienes tuvieron que abandonar sus hogares para comenzar sus estudios en el Colegio de Carabanchel Bajo. Después de varios años de permanencia en dicho centro, después de pasar muchas privaciones impuestas por las condiciones de racionamiento y aislamiento de los años de posguerra, aquellos niños se convirtieron en jóvenes que pasaron al Colegio de Carabanchel Alto, para iniciar su ingreso en la Academia General Militar. Era el mejor homenaje que podían rendir a sus antecesores.
La Academia forjó y moldeó el espíritu de estos jóvenes y, el día en que por fin se convirtieron en caballeros cadetes del Ejército, su vida cambió por completo.
Dispuestos a cumplir con su deber de servicio a la Patria, los tres tenientes marcharon a tierras africanas. En lfni había estallado una guerra encubierta que amenazaba las posesiones españolas en África Occidental. Bandas armadas "no controladas" penetraron en el territorio de lfni dejando aislados, incomunicados, los puestos fronterizos. Los tenientes Ortiz de Zárate, Polanco y Martín Gamborino entienden que su puesto está allí. Su secuela de huérfanos de guerra, su alto sentido del honor y del valor, su espíritu de cumplimiento del deber y su valentía les llevaron a la muerte y a repetir de nuevo la tragedia en sus hogares.
En el año 1957, en el Colegio de Huérfanos de Oficiales del Ejército de Carabanchel Bajo se celebró un emotivo acto con ocasión del descubrimiento de una lápida con los nombres de los antiguos alumnos, tenientes de Infantería caídos gloriosamente en lfni al frente de sus tropas. Esta lápida se conserva en el vestíbulo de la actual Residencia "San Fernando"
:

No sólo estos tres tenientes de Infantería fueron la contribución de los Huérfanos de Militares a la salvaguarda del honor español en aquellas tierras, posteriormente cedidas sin contraprestación alguna a un Marruecos todavía naciente, sino que, además de estos compañeros y otros muchos jóvenes, la contribución de otros militares, oficiales, suboficiales, tropa, y algún que otro civil, entre ellos el que fuera Medalla Militar Individual de la Guerra de España, Sr. Gastiarena, cuyo sacrificio rememora, afortunadamente, un monolito inaugurado con motivo de este aniversario en la Base Militar General Alemán Ramírez (otro laureado) de Las Palmas de G. Canaria.

Además de alumnos, dieron su vida en IFNI padres de alumnos con quienes más tarde compartí años de colegio. Es para mí otro paradigma de héroe la persona del Capitán de la Legión D. Agustín Jáuregui Abellás, caído también el 13 de Enero de 1958 en Edchera.
Con uno de sus hijos el Coronel Miguel Ángel Jáuregui compartí pupitre y comparto hoy amistad y admiración, y así, hasta un sinfín de caídos de todos los empleos y grados. Más de quinientos, entre fallecidos y heridos, según estimaciones recientes. A todos ellos nuestro recuerdo más cariñoso y nuestro agradecimiento por habernos señalado la norma a seguir en el servicio a España, según reza la placa que les honra en nuestra antigua y siempre nuestra casa de Carabanchel.

1 comentario:

Antonio dijo...

Permítame una corrección. El Tte. D. Arturo Martín Gamborino, murió en combate el 13 de enero de 1958 en Edchera (Sahara) al frente de su unidad, perteneciente a la 2ª Cía. de la XIII Bandera del Tercio. No falleció en Ifni como dice esa placa. Sus restos descansan en el Cementerio de Vegueta (Las Palmas de Gran Canaria).

Debió haber habido algún error y quizá la placa fue colocada posteriormente a la fecha que aparece grabada en ella.